Vengo a esta Escuela a aprender, llevó 29 años en su potrero y aún no se nada, duele ver un puñado de jóvenes pasando el tiempo sin aprender, fingiendo saber y sobre todo perdiendo el tiempo pensando en el futuro sin querer aprender.  Cuando salgo a la calle voy caminando y veo los mismos jóvenes, ahora más viejos, unos gordos y otros flacos, unos alegres y otros tristes, unos con cartones de profesionales, otros con hij@s y mujeres, todos fingen saber, por que si supieran el mundo sería mejor. Harapientos bien vestidos, bien educados con enormes títulos y cartones de prestigiosas universidades no solo de acá, ahora del mundo. Harapientos que lo tiene todo y aspiran a cargos públicos, harapientos que no saben leer y poco saben de ser, pobres de espíritu aspirando una fama para llegar al cielo. La Virtud no es solo de los harapientos, de los pobres sin virtud tendremos esa inmensa cantidad de famas, políticos aspirantes a un cargo público para no hacer. Una persona con virtud tiene 5 acciones que florecen en sus acciones de vida: Amor- Justicia – Templanza – Fortaleza y Sabiduría. Leer es un problema, es una perdedera de tiempo y la verdadera emancipación del Ser Humano está en la lectura, es la escuela, jóvenes preocupados por idiotadas, vanidades, el músculo, la cintura fitness, la estética, pocos saben que la belleza es invisible.

Pocos hallan la emancipación en la escuela, solo quienes leen, quienes aprovechan el tiempo y construyen aprendizaje con la diversidad de maestr@s, la emancipación intelectual es una virtud propia de un Cronopio de la Escuela. Un cronopio lucha su emancipación desde la escuela, valora la presencia de mamá y papá y engrandece el diálogo con sus maestr@s para Ser Mejor, un cronopio no busca fama, ni apariencias, ni estética, tampoco notas, ni mucho menos figurar, un cronopio aprende y es feliz con nada, aprovecha el tiempo y disfruta la diferencia. No renuncia cuando encuentra obstáculos, los observa, los maneja y los supera. Un fama no acepta al diferente, tampoco al diverso, un fama es un ladrillo más en los muros de la suciedad ignorante que habitamos. Un fama requiere publicar mentiras en sus redes sociales, un fama difícilmente florece en la escuela, un fama vive de idiotadas y ostenta muchos adornos, casi siempre tiene un trofeo de mujer y no una compañera de vida para construir vida. La Escuela es una virtud sin fama, muchos años, poca fama, pero con la gran virtud de formar Seres Humanos Excepcionales, Extraordinarios cronopios, curiosos y raros que logran emancipación humana y espiritual que les permita ser, dar y servir. Poca fama y mucha virtud, gracias Escuela.

Por:

Jorge Eduardo Pérez López
Rector Escuela.