Empiece la lectura de este Escrito Semántico con una buena copa de vino y su libro de lectura personal. “El arte de leer”, es saber propiciar en el otro una acción de emancipación, un grito de Libertad para la vida. El arte de leer es un momento único de saber ser a través de un viaje al más allá, el arte de leer es una acción pedagógica que tiene transcendencia en la sublime transformación de un individuo para ser Persona, de un alumno para saber ser educando, de un educado para saber ser Mejor Persona. Como niño recuerdo mi primera cartilla de lectura, la mochila, la lonchera y la aventura de leer en la escuela en una vetusta biblioteca, con una vieja orate por tantas lecturas, pero en su discurso: Pasión y Vocación por motivarnos a leer, siempre que pueda ¡Hay que leer!, siempre nos decía.

Aprendí el arte de leer en la escuela, con una maestra flaca, alegre, sandalias, vestido largo, brincaba y jugaba con nosotros. Las clases eran aventuras inolvidables, eran viajes fantásticos, donde conocíamos seres del más allá, palabras raras, desconocidas y que otras veces causaban mucha risa en nosotros. Luego de la Escuela, llegue al colegio, más grande, más personas y el arte de leer se complicó, aparecieron los quizzes sorpresa, las previas y los rojos. Leer ya no era una pasión, sino una obligación, no era una motivación sino una imposición. En el colegio conocí los clásicos universales, los filósofos y las lecturas de los adultos que no se mencionaban en el colegio como las políticas, la economía y de información de todo tipo.
En el colegio aprendí a comprar libros, a intercambiar, a prestar y sobre todo a filtriar las primeras aventuras del amor. Luego, vino la aventura de ser soldado de la patria, los tres primeros meses no hubo lecturas, ni contacto con el arte de leer, no había tiempo ni para dormir, mucha exigencia física, polígono, disciplina militar por doquier, aventuras y travesuras de todo miliciano que nunca se olvidan. El arte de leer en el servicio militar no era buena onda, por tanto, se hacía en momentos de soledad, antes de dormir, un sábado en la tarde o un domingo que no había salida ni visita. Llego la ilusión de terminar el Servicio militar y aparece en nuestro imaginario el arco iris de la Universidad, la alegría de llegar allí, invade nuestro ser, con otros reclutas salimos a la aventura de conquistar una Universidad de muchos colores.  Antes de la Universidad hubo una inmensa oportunidad en el seminario Sagrado Corazón, dos meses donde todo es silencio y lectura. Allí el Arte de leer es sagrado, es un ritual, es una maravillosa oportunidad y siempre de 6 a 8 p.m. en las bibliotecas grandes se hacían debates con los otros compañeros y con Dios.

Y la Universidad es una panacea multicultural y diversa que nos permite confrontar libros, lecturas, escrituras, escritores y la vida real. Interesantes y grandes lecturas, inolvidables autores, grandes enseñanzas, inconmensurables momentos de vida reales o irreales que marcan una trayectoria en la formación de un Ser humano.

Y es que el Arte de Leer en vivir y tal vez soñar…soñar…lo imposible, soñar un mundo diferente y posible, soñar una escuela más diversa, más juego, más lecturas, más natura, menos notas y competencias por sí y por nada; Soñar una escuela de cronopios, una escuela de seres raros, extraños y de diversos colores.

Soñar una escuela, una zona mágica de colores donde haya un taller de lectura masiva, compartiendo y debatiendo escrituras y lecturas de pocos y muchos, de grandes y pequeños, de crazys y cuerdos de hombres y mujeres; pero, sobre todo soñar una escuela donde se pueda ser, donde se comprenda que: Leer es la clave para ser mejor.

Por:

Jorge Eduardo Pérez López
Rector Escuela.